ENGAÑOSO PROYECTO DE RECURSOS HÍDRICOS

Autora: Lic. Leonor Antillón Sargent

El Proyecto de Ley de Recursos Hídricos que intentó defender don Jorge Mora Portuguez, en la edición anterior de este Suplemento (“Rectoria del Agua y Proyecto de Ley de Recursos Hídricos” ) es falso, tanto porque no cumple con los requisitos mínimos para validarlo como proyecto de iniciativa popular, como porque se equivoca o trata de confundir, ya que persigue propósitos contrarios a los que declara.
Lo primero , porque la Ley de Iniciativa Popular establece expresamente que todos los pliegos de firmas han de contener una “reseña del Proyecto”, de modo que quienes firmen lo hagan a sabiendas de qué están apoyando. Nada de esto se cumplió. Las hojas en que recogieron las firmas solo indicaban que se trataba de un proyecto participativo, de manejo integrado del agua, y otros adjetivos, pero nada del contenido del proyecto. Tales adjetivos solo califican pero no describen los contenidos, que es lo que la Ley de Iniciativa Popular pide necesariamente poner como condición de validez y legitimidad de la gestión. Tan es así, que conforme a lo divulgado por el grupo de don Jorge , el Proyecto estaba todavía en elaboración cuando se recogieron las firmas, ya que la versión final la circularon muy recientemente. Si aún no existía, a priori no podían describirlo, porque lo que no aún existe no se puede reseñar. Por tanto, los pliegos de firmas son nulos y no existe un proyecto de iniciativa popular que la Asamblea Legislativa deba considerar.
Lo segundo, por todas las razones que de seguido se exponen. Una cosa es el manejo o administración integrada de las cuencas, lo que resulta de la naturaleza de las cosas, y otra cosa, muy distinta, como lo hace el Proyecto, es meter en un solo canasto y bajo las mismas manos, las de un comisario político dependiente del Ministro del Ambiente y sujeto a todas las presiones e influencias “políticas” , todas las decisiones finales sobre todos los usos del agua, y en lo que interesa y especialmente , sobre el agua potable de la que dependen la vida y salud de los habitantes del país, lo que es absolutamente inaceptable.
El derecho a un ambiente sano, y en especial en elementos tan fundamentales como el agua y el aire, es un prerrequisito para los derechos fundamentales a la vida y salud, tal como lo ha dicho la Sala Constitucional en innumerables sentencias, por lo que en modo alguno el agua puede quedar a la disposición de voluntades por su naturaleza políticas.
Resulta ingenua la confianza del señor Portuguez en los tales órganos desconcentrados, cuyos titulares dependen para su nombramiento, salario y régimen disciplinario del respectivo ministerio, por lo que terminan siendo simples monigotes del ministro, como la experiencia con figuras iguales como el Consejo de Aviación Civil (CETAC) ,Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI) y el Consejo d e Concesiones, lo hace ver todos los días.
En Costa Rica se ha pervertido tanto lo politico, que su penetración en los servicios públicos, los ha deteriorado profundamente. Mediante la Ley de Presidentes Ejecutivos y la malhadada Ley del 4-3, incluso entes autónomos (no simples órganos del ente central), han parado en botín político como ha sucedido con la Caja del Seguro Social, tal como el juicio reciente Caja-Fischel lo ha evidenciado. Por ahora las únicas autonomías que se salvan son las de las universidades. Bancos, ICE, Aya, CCSS, todo ha sido presa del botín y de la depredación de los políticos.
No obstante con total ingenuidad el señor Mora Portuguez nos trata de convencer que el agua potable, prerrequisito para la vida y salud de todos los habitantes,, se debe depositar en las manos de esos zopilotes. Y lo que es peor, que el agua subterránea, de la depende el abasto de agua potable del 81% de la población costarricense, debe quedar en manos de un Departamento subordinado de la tal Dirección del Recurso Hídrico que se propone como supremo zar de toda el agua, y para todos los usos. Jamás, el sentido común mas elemental y el instinto de supervivencia ,lo rechazan..
No señor Mora Portuguez, eso nunca, y si hay un partido lo suficientemente insensato para proponerlo, perderá estrepitosamente las próximas elecciones, porque el pueblo costarricense aún no ha perdido su instinto de conservación.
La triste experiencia reciente con el AyA, suministrador de agua predominantemente de fuentes superficiales, no puede ser peor. Ha pasado a ser botín político y asilo de pegabanderas y botellas, , de modo que la burocracia lo abruma y le impide cumplir con sus funciones. .La mitad del agua que produce se va en fugas y la mitad que queda no la cobra. Tiene un atraso de décadas en acueductos, y de mas de un siglo en tratamiento de aguas negras, ya que la última planta de tratamiento de aguas negras en San José se construyó en l908. En esta materia Costa Rica está en los últimos últimos lugares en América latina, apenas por encima de Haitéí y Nicaragua. Para vergüenza nacional, las aguas negras van directamente a los ríos, que son cloacas abiertas, y el Tárcoles, ya está contaminando el Golfo de Nicoya.Las patéticas fotos recientes de quienes rescataban de las aguas a los sobrevivientes del bus que cayó al agua por el colapso del puente de Turrubares, lo ilustran todo: entre el abandono total de la ministra a la que corresponde velar por los puentes, y la s aguas fecales.
En lo que se refiere a la protección de las fuentes captadas para uso humano, y de los sistemas en general , es muy grave que ese Proyecto reduzca a apaenas doscientos metros la zona de limitaciones, las que actualmente se extienden a todo lo necesario para asegurar la pureza del agua captada,, porque hasta ahí habría llegado el orden público sanitario indispensable para preservar la salud. Advertimos ahí las manos de los helecheros de Alajuela y Poás, que desde el proyecto original de la señora Maureen Ballestero, como agente local de la World Water Organiation (GWP), a gencia privatizadora del Banco Mundial , ya pusieron esas trampas que repite el poryecto del señor Mora y compañeros, agentes igualmente de la GWP.
Las aguas subterráneas han de estar bajo la rectoría exclusiva del Servicio nacional de Aguas Subterráneas (SENAS) como en el pasado, pero bajo una directiva exclusivamente técnica y blindada contra influencias “políticas”..