jueves, 18 de marzo de 2010

DOLOROSO VIACRUCIS

Por Leonor Isabel Antillón Sargent.

En un Estado ineficiente, estamos todos en la calle de la amargura.

Todo este despliegue de dolor, que sincera y expresivamente nos dan los familiares de las víctimas de este accidente recién sucedido en la vía a Cartago, donde falleció un valioso joven, profesional y padre de familia ejemplar –y además tiene a otro muchacho encarcelado y sufriendo sabrá usted qué clase de tormento, al sentirse culpable, asustado y vejado por todo el resto de la gente- no es sólo causa de una casualidad, sino de una serie de faltas de parte de una sociedad que no ha podido tener un verdadero estado de derecho y de defensa ciudadana.
Sin hablar de que la cultura que impera en este país, es la del guaro, con el que todo se celebra y no debe faltar, como ejemplo, tenemos ya nombrado un flamante canciller que salió en las noticias totalmente borracho y que no tuvo ninguna sanción, ni legal por el hecho en sí, ni moral, ni social, porque la gente votó por el partido que hoy lo pone en posición relevante, buen ejemplo de la falsa moral que impera.
Tampoco se ha hablado, en todo este sainete de expresiones legislativas, donde llevan y traen sanciones, altas, bajas, desordenadas y sin ningún sentido ni legal ni social, de un hecho vital para la sociedad tica: la falta de exigencia de seguridad vial, que obviamente debe brindar el Estado, a fin de que, si se sanciona a los conductores, o si éstos o los peatones mueren, en muchos casos por falta de esta seguridad, no sólo de diseño, de ancho de vías, de mantenimiento, de demarcación, de avisos, de iluminación, de fijación de límites de velocidad, y de otros tantos factores que bien apuntó el ingeniero Mario Arce, experto en la materia, como faltantes en este desaguisado vial que, flamantemente ha esgrimido este gobierno como baluarte de su buen desempeño. Recordemos que la vía a Orotina, la nueva y costosísima, ya expresa las fallas en este sentido, y ha cobrado también vidas de personas muy valiosas.
Por eso es importante aprovechar esta dolorosa coyuntura que a todos nos tiene, maltratados y enlutados, para poner las cosas en su lugar y no sólo expresar, con derecho y emoción, toda nuestra solidaridad y l respeto a las familias dolientes.
-En primer lugar, es importante exigirle a los diputados establecer normas sancionatorias al Estado costarricense, por el abandono de la seguridad vial en las vías a lo largo y ancho del país, son tantos los ejemplos de fallas de diseño, elaboración, atrasos, demarcación, obstáculos, iluminación, fijación de límites de velocidad, etc. Y tantos los accidentes y muertes causados por todo esto, que ya es hora de exigir esto.
-Por supuesto que las sanciones a los choferes alcoholizados, drogados o imprudentes, deben ser muy drásticas, porque ambos factores, vías sin seguridad vial y choferes sin sanciones eficaces, son una mezcla muy dañina.
- Y aunque ciertamente los ciclistas saben al riesgo al que se exponen cuando salen por las vías tan concurridas, con pésimos diseños de espaldones o sin ellos y sin ciclovías vitales para esta actividad, hay que exigir éstas en todo el país. Por un lado, se estimula el deporte y se habla de la conducción sin ruido y sin humo sana para el mediombiente, y por el otro se somete a los ciclistas al peligro de andar por vías que les prohíben circular, o los ponen en peligro ante conductores, no sólo borrachos o drogados, sino también desprevenidos, apurados, molestos o irresponsables, que reaccionan mal cuando ven de cerca o intempestivamente a un ciclista ocupando su angosta y malograda vía. Esto sucede en muchas zonas del país, que lo digan los propios ciclistas.
La ley sanciona, el Estado educa y ambos deben ponderar valores.

2 comentarios:

  1. "Mundo, Demonio y Carne en Comunión, y yo"
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  2. El texto es bueno y valiente, enunciativo y denunciante. Pero... ¿cómo hacemos para que este país cambie? Muchas veces me domina el pesimismo.

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