sábado, 27 de febrero de 2010

¿Se respeta al pueblo en Costa Rica?

Autora:Leonor Isabel Antillón Sargent


Dinero: ejército más efectivo, gobernando al gobierno, pero no llega al pueblo.

En una de sus brillantes exposiciones, Denise Dresser, Académica del ITAM, en México: Discurso de Denise Dresser expuso sobre ese país, una situación parecida a la nuestra, afirmando que "México está atrapado por una red intrincada de privilegios, guetos empresariales y posiciones dominantes, que inhiben un terreno más nivelado del juego Una red que opera a base de favores, concesiones y protección regulatoria, que el gobierno ofrece y los miembros de la cúpula empresarial exigen para invertir"... También afirma frases muy serias, como que son los consumidores quienes contribuyen a aumentar la riqueza de estos actores, mediante tarifas altas para servicios esenciales, como los telefónicos o los pagos de intereses bancarios, (o como en el caso de Costa Rica, con peajes elevados a cambio de carreteras inseguras, que ponen en peligro la vida de los usuarios, como la vía a Caldera, que además ha destruido la riqueza de un manto acuífero, lo cual es ya irreparable). O que se está acentuando la desigualdad, o que se está dando una real concentración de la riqueza en manos de unos pocos que dominan y, lo más grave, que los funcionarios públicos, como ministros, diputados y otros y, hasta el mismo gobierno, se han convertido en empleados de los capitales más poderosos, dándose entonces un vacío de autoridad que protege a esos en contra de la población indefensa ante tantas complicidades y corrupciones permitidas por quienes gobiernan. O que el crecimiento es sólo una medida para mantener un grado mínimo de avance, para dar la sensación de logros, que por lo demás son para otros, las migajas para el pueblo, ése es el sistema de la nueva economía del goteo.

Inclusive trata el punto del uso por parte del gobierno, de sindicatos rapaces para utilizarlos para fines empresariales, hecho que está pasando ahora aquí, con la oferta de millones de dólares y el tinglado ilegal montado en el caso de Limón. Eso luego se revierte en contra de lo que se persiguió.

Ante esa perspectiva y con el pueblo desinformado, ilusionado y entregado a una esperanza muy remota de que la señora presidente va a enderezar todo lo expuesto, cosa difícil y muy dudosa, para no llamarla imposible, a la luz de los acontecimientos que están pasando desde que llegó, ungida por el poder político y de la iglesia católica, y, mediante una votación muy bien preparada (que tenía que hacerse en vista del enorme caudal económico en riesgo). No nos queda más que esperar a que todo esté consumado, para saber si realmente doña Laura llegó con una real dimensión política capaz de restaurar el estado institucional y de derecho, que hasta hace poco funcionaba en Costa Rica y que hoy ha dejado de existir para el pueblo.

Porque el gesto de reunirse con la oposición, en sí mismo no significa mucho, si esto no tiene consecuencias favorecedoras para la gran mayoría de la población. No es sólo buscar el consenso para lograr proyectos de gobierno, sino que éstos deben estar en armonía con el interés social y económico que beneficie al pueblo y que realmente nos traiga una economía de mercado con capacidad de generar competencia sana, creación de empleos con garantías laborales, fortalecimiento de los programas sociales y sobretodo, disminución o eliminación de la brecha social, la desigualdad que discrimina y margina a la población de escasos recursos. Sólo así lograremos controlar la inseguridad ciudadana, dominar las complicidades y la corrupción, el narco, las mafias organizadas y los odiosos privilegios que los guetos empresariales poderosos utilizan para nutrir sus ingresos con los tributos ciudadanos.

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